Ajo negro iraní
Estamos en año 1400 y no me tomé la máquina del tiempo de Julio Verne ni escribo durante la Edad Media. El año corresponde all calendario solar persa, que considera como año 1 el de la Huida de Mahoma de la Meca (662 d.C).
Lo curioso es que pesar de que se trata de un país musulmán, el Año Nuevo o Nowruz (literalmente “nuevo día”) se celebra en el equinoccio de primavera, por herencia del Zoroastrismo, que fue la religión mayoritaria en la región antes de la llegada del Islam.
Una de las fiestas más importantes de los iraníes es Norwuz. Ese día las mesas se visten de gala con un buen mantel, candelabros y huevos decorados. Como parte del ritual de cambio de año no podrán faltar en la mesa vinagre, manzana, aceitunas, sumac, lentejas y ajo en forma de torshi seer, unos pickles adictivos cuya elaboración es muy sencilla (Aqui)..

Torshi seer
Hija de la necesidad de conservar los excedentes, esta receta tiene solo cuatro ingredientes; cabezas de ajo, vinagre de vino, sal y paciencia.
Preparación
El procedimiento no puede ser más sencillo: hacerse de muchas cabezas de ajo y quitarles con las manos la primera piel, cuidando de no desarmarlas.
Disponer en un recipiente las cabezas de ajo, taparlas con vinagre de vino y una cucharada de sal gruesa por litro.
Si se desea, incorporarles un par de clavos de olor.
Tapar y dejar descansar al menos 4 años en un lugar sin luz directa. Es importante que estén siempre sumergidos en el líquido, sin contacto con el aire.
En los bazares se consiguen de cuatro años, de ocho e incluso más. Por supuesto, el precio asciende según pasan las primaveras
El ajo irá cambiando apariencia al pasar por diferentes tonos de grises al principio, para terminar virando hacia el negro. La consistencia se vuelve cremosa, mientras pierde su pungencia. Ácidos y levemente salados, son un vicio.
En el 1404 me cuentan que tal les salió.