Pan Challah o Brioche Judío

Receta de este pan de sabor especial, similar al brioche pero que por motivos religiosos no contiene lácteos en su preparación, por lo que además de ser más sano, resulta ser más liviano y económico que su pariente europeo.

El Pan Challah (lease jalá) además de ser un pan delicioso, tiene un significado especial para los judíos, y si bien es muy parecido a un brioche europeo, no contiene ni leche ni manteca ya que por el kashrut, no se puede mezclar productos lácteos con carnes en la misma comida.

Pidiendo disculpas por adelantado si hay algo erróneo acerca de la historia del pan, y dispuesto a aprender si alguien tiene otra historia que desea compartirla, trataré de explicar brevemente un poco la historia y significado de este pan.

El challah, es el pan que se come en el Sabbath y en otras festividades, mientras que el Lechem es el pan cotidiano. En el año nuevo judío, este pan se prepara en forma circular, simbolizando el deseo de larga vida. Se hace la trenza porque el Talmud dice que los nudos realizados con 3 fibras son indestructibles.

Las semillas de amapola, simbolizan el maná comido por los israelitas durante el éxodo de 40 años por el desierto en su salida de Egipto y consiguiente liberación de la esclavitud.

La receta en realidad es para hacer dos panes chicos, ya que la tradición indica que al bendecirlos, se ponen juntos y de espaldas, simbolizando el «pan de las caras» o Lechem Hapanim. Es tradición que las mujeres recen al comenzar a prepararlo y que luego arranquen un pedacito y lo quemen conmemorando la época del templo y reino de Israel.

 

Ingredientes del Pan Challah

7 gramos de levadura seca

500 cc de harina 000

170 cc agua tibia

2 huevos (mas uno para pintar)

100 gr de aceite vegetal (girasol o maiz)

8 gr de sal

55 gr de azúcar

semillas de amapola (o de sésamo) para la superficie.

 

Procedimiento

  • Preparando el fermento:

En un bowl, mezclar la levadura con 100 gr de harina, el agua tibia y media cucharada de azúcar, dejar levar destapado y a temperatura ambiente hasta que se haga una esponja.

 

  • Preparando la masa:

Batir los dos huevos, el aceite, la sal, el resto del azucar y el fermento anterior, hasta que la sal y el azucar esten disueltos, y los huevos totalmente incorporados.

Con una cuchara de madera, o con las manos, incorporar el resto de harina de una vez.

Cuando la masa este pegajosa, pasarla a la mesada y amasarla hasta que este suave (no mas de 10 minutos) y poner en un bowl a levar en temperatura ambiente / tibia.

Si se quiere hacer este proceso en amasadora, mezclar los ingredientes todos juntos, y amasar por 5 minutos, dependiendo de la humedad de los ingredientes, se puede agregar unas cucharadas de agua tibia o de harina de ser necesario.

  • Levado:

Si se desea hacer en el día, dejamos levar hasta que doble el volumen, alrededor de 2 horas dependiendo de la temperatura ambiente. En caso que se quiera dejar levar 24 hs, hay que colocarla en la heladera, y luego sacarla al otro día y esperar hasta que leude, como esta fría, puede tardar hasta 5 hs, para llegar a doblar el volumen

 

  • Dandole forma a la «trenza»

Preparar una placa cubierta de papel manteca aceitado.

Por otro lado, cortar la masa en… 3 piezas iguales (generalmente se separa en 4, y se hace una rosca también, ya que la historia indica que el pan tiene que tener un peso determinado) y hacer tiras para preparar la trenza. Originalmente la trenza es de 5 tiras, pero si no tenemos la practica suficiente, podemos hacerlo con 3 tiras.

Cubrimos la trenza con film, y dejamos levar aproximadamente una hora y media, hasta que la trenza triplique el volumen.

O podemos guardar en heladera por otras 24 hs, y dejar leudar hasta que triplique el volumen, lo que puede demorar más de dos horas y media.

Pintar con huevo batido y agregarle las semillas justo antes de cocinar en horno precalentado a 180*C.

Cocinar durante 35 a 40 minutos, hasta que el pan este bien dorado. sacar y dejar enfriar en una rejilla.

Christian Sala

Nací en la Capital Federal hace poco más de cuatro décadas y soy cocinero, fotógrafo, consultor, viajero por profesión y turista accidental por vocación. He vivido y trabajado en cocinas de lugares rutinarios y en otros increíbles o meramente improbables. Me gusta compartir lo que hago y por eso saco fotos, charlo con mis amigos en largas sobremesas y algunas veces escribo. Para dejar constancia de lo que me gusta y también para saber dónde estoy parado, porque las cosas cambian. Quizás no hoy pero tal vez mañana, o quizás pasado.
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