Embutido seco de waygu de Barcos & Son
Increíble embutido seco, tipo salame, elaborado con 100% de carne de terneros Wagyu que se crían hasta llegar a los 850 kilos en campos que van rotando para dar siempre lo mejor. Pastito tierno, paja de trigo y maíz -sin el añadido de suplemento o anabólicos que aceleren el crecimiento- son el único alimento. Para la elaboración de estos Sarami de Wagyu (el código alimentario argentino no permite usar la palabra salame para los productos que no llevan carne de cerdo), se utilizan cortes de músculos limpios sin añadirles grasa ni recortes.
De color oscuro, con geométricas figuras de grasa sobre la carne. De aroma y sabor intenso, llena la boca con carácter y toques muy precisos de pimienta negra, coriandro, enebro y una casi inapreciable nuez moscada. El brillo, semejante al de los buenos jamones ibéricos, se acompaña con esa sensación de que la carne desaparece en la boca sin necesidad del ñaca-ñaca. Asegura el productor que son cuarenta días de estacionamiento y que su característica más relevante es una fermentación leve y muy lenta que proporcionan un producto con muy baja acidez.
La edición super limitada del sarami de Wagyu que elaboró el maestro César Segario para Barcos & Sons se vende a 1200 pesos la unidad. Las piezas pesan un poco más de 200 gramos y son, sin duda, costosas. Pero uno no compra jamón de jabugo, salame Felino, trufa blanca de Alba o un Aston Martin por necesidad. Los interesados pueden comunicarse con Barcos&Sons
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