Baklava de pistachos rellena con crema sobre sin azucar
Es humanamente imposible no sucumbir al canto de Sirena de los dulces turcos. Las vidrieras de Estambul lucen exuberantes y repletas de confituras, un lujo asiático sin eufemismos. En un mar de posibilidades que puede abrumar, nuestro enviado en Medio Oriente se atreve a recomendar su favorito: la baklava de pistachos (la original es de nuez) rellena con crema doble sin azúcar.
El sitio elegido fue la Karaköy Güllüoğlu, una confitería autoservicio frecuentada por locales y turistas, a escasos 200 metros del estrecho de Bósforo.
El mostrador exhibe, entre decenas de opciones, triángulos ya cortados de baklava cuya tapa será levantada con una pinza por el dependiente y rellena al momento por con un par de generosas cucharadas de una crema neutra y espesa.
Azúcar, harinas y pistacho, más el pelotazo brutal de la crema doble, es un postre que genera adicción.
Acompañó un café turco con cardamomo.
