Excelente restaurante en General Rodríguez, a una hora de Buenos Aires. Un salón con doble altura y un precioso patio con pocas mesas. El lugar tiene tres años de vida, de los que hay que descontar uno que quedó en suspenso por efecto de la pandemia. ¿Tendremos ese descuento todos los que atravesamos estas penurias?

La carne de bien alimentados novillos de Aberdeen Angus, proviene de la carnicería familiar (Carnes Botta) que lleva 70 años de actividad en esa rica ciudad del oeste porteño. Comimos como cosacos porque caímos en muchas tentaciones que resultaron inevitables. Elegimos como platos principales un ojo de bife y un T Bone, los dos de medio kilo y con su correspondiente hueso. Las piezas fueron sacadas del fuego y traídas a la mesa con los colores que son parte de la enseña revolucionarios de las carnes correctamente asadas: rojo, marrón suave y tostado. “Carne arrebatada” había ordenado sin ningún complejo el comensal que hizo el pedido. Buenos aromas, sabor y textura. Como acompañamiento excelentes papas fritas y crujiente ensalada de verduras. Antes de eso desfilaron por la mesa, en un orden que olvide por efecto del alcohol y la conversación, muy buenos embutidos artesanales: longaniza parrillera con criolla de hinojo y focaccia; anticucho con choclo asado, papas y huancaína; un escabeche de alcauciles, otro con cebolla, zanahoria e hinojo; grelos sarteneados y un muy buen paté. Hay en la cocina de Adora atención a los detalles y buen gusto que se muestra sin alardes en elaboraciones caseras que ilustran sus platos: vinagre de ciruelas, mermelada de tomate para acompañar el paté, un licor de quinotos que sirven para cerrar la manduca.

Fueron dos botellas de vino entre tres personas, porque uno de los comensales –no fue Javier Urondo- se abstuvo responsablemente del consumo de alcohol. Una botella del Gran Lurton corte Friulano y otra de un malbec salteño llamado Viejo Vizcacha. Dos caños. Para terminar una botella de la excelente sidra Zedryc que elaboran en el Valle de Uco. Servicio atento, pero no pesado. Bodega bien surtida, buenas copas y muy buenas sugerencias del sommelier.

Y ahora ha llegado el momento, después de tantos elogios, de dar forma a los dardos venenosos que estimulan a mis lectores y que tanta animadversión me genera en los blancos. El momento en que me despojo de cortesías y muestro lo peor de mí mismo. El primer cuestionamiento es a la música que llega a las mesas. Ayer fue un almuerzo, pero no me imagino cenando mientras suenan esas melodías pensadas para otro sitio. La segunda es al café. Ninguna de esas dos cosas está a la altura del restaurant que está entre lo mejorcito de allí y también de aquí. Un lugar que sin duda justifica el viaje y la imprescindible reserva.
Adora. Estación de carnes
3000 por cabeza es el promedio, no el nuestro.
General Rodríguez
Int. Manny 735
De miércoles a sábado solo noches.
Domingos mediodía.



